Resbalas por mis noches
cansada de esperar,
dibujando verdades a medias
inventando mentiras que pintan soledad
justificando silencios
y muero de miedo a dejarte
soltar las amarras de tus ojos
recordando tus manos en mis caderas
y tu aliento al etilismo de un vaso blanco
y tú no dices nada
y tú sólo callas... y sólo callas.
Sin pensar en la almohada fría
despierto extrañando tu presencia
allí dónde encendimos el fuego
cuando inició aquél cuento que hice crecer
allí te extraño
con las migajas en tus manos.
Y al despertar, me divido
sólo momentos,
las máscaras se revuelven
las sonrisas fingidas
nidos de arcilla
y me sigo dividiendo,
entre tú
entre yo
entre el sueño efímero
entre tu alarde
y mi desilusión a verte salir.
Alcanzamos do mayor entre caricias
y entre canciones
me pierdo dormentata en tus besos
y nos salieron alas,
alas sin final... las que no saben a donde van
y aún te esperan,
las que se quedan al final
las que aún te esperan
esas que destierras
esas que al llorar mueren cuando te vas.
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